domingo, 13 de julio de 2025

A mi siniestra



En esta crónica revelaré quien de vosotros se sentará a mi izquierda, exponiendo los méritos y las razones por las que he considerado a tamaño individuo como mi lugarteniente quien, además, tendrá el supremo honor de sustituirme en el mando cuando tenga a mal tomarme unas vacaciones. 

Esta es la misiva escrita al elegido:

Maldito señor presidente, me dirijo a usted para recompensar la grandeza de su obra. No solo ha conseguido llegar a lo más alto apelando a lo más sombrío de las almas de sus conciudadanos y haciendo emerger sus peores instintos, sino que ha utilizado el insulto, la mentira, el miedo y las amenazas con auténtico virtuosismo. Todo ello me ha llevado a valorar que su lugar está, no en la efímera presidencia de un país, sino a mi izquierda, como comandante en jefe de mis ejércitos, ejecutando mis designios y sometiendo de verdad al mundo entero.

No se me ocurre nadie mejor que usted. No hay día humano en el que las mojigatas mentes esclavas de la moral y la ética no se rasguen las vestiduras ante sus actuaciones, unas actuaciones he de decir, dignas de las mejores noches del averno.

Bien es conocida mi ferviente predilección por el pecado capital de la soberbia y creo sinceramente que, con su talentoso egocentrismo, es usted su máximo representante. El mundo de los gobernantes pecadores es vasto y abundante, y muchos son lo que poseen las virtudes que ando buscando pero, a mi juicio, hace usted una sublime ostentación de ellas al tiempo que socava todo el sistema democrático y genera confrontación social, en fin... ¿Qué más se puede pedir? 

Debo ensalzar sin ambages aquellas decisiones que han representado retrocesos en los derechos humanos, resaltando las portentosas medidas adoptadas contra la inmigración. También mis más sinceras alabanzas a la retirada de organizaciones internacionales, al boicot a la justicia internacional y, especialmente, al abandono de infames acuerdos para atajar el calentamiento global, algo que, por las razones ya indicadas en la crónica inicial, me satisface en grado sumo.  

Formidable resulta la capacidad que sus resoluciones comerciales y militares tienen para inestabilizar al resto del mundo. Bienvenido sea el caos en todas sus formas, clases y géneros, así como cualquier determinación que provoque toda suerte de infortunios y calamidades, pues ellos acercarán mi tiempo en la tierra.

Es preciso hacer notar que para esta elección ha influido decisivamente su maravillosa trayectoria, tanto empresarial como personal, la cual le ha conducido a sentarse en el banquillo de los acusados e incluso ser condenado; un éxito que no le ha impedido llegar al gobierno del país. Así mismo, se ha tomado en gran consideración el extraordinario manejo de sus intereses privados, que siguen prosperando a la sombra de su presidencia.

Podría seguir relatando excelencias pero no creo que sea posible alimentar más su ego. Tan solo voy a terminar diciéndole, de oscuro corazón, que con usted sentado a mi siniestra, haremos el infierno grande otra vez.

Besos negros y maldito seas,

D


domingo, 29 de junio de 2025

Malditos seáis



El objeto de esta crónica inicial no es otro que el de agradecer, de oscuro corazón, el esfuerzo de todos aquellos que contribuyen incansablemente a que la vida en este mundo sea cada vez más insoportable, dolorosa y cruel. Sois legión.

Muchas gracias a vosotros, peones del apocalipsis, por el constante y arduo trabajo, por adaptaros a los tiempos y utilizar cuantas tecnologías existen a vuestro alcance para propagar mi mensaje y mantener viva la llama del odio. Gracias a los que, desde cualquier medio, difunden el insulto, la discriminación y la violencia y a todo aquel que tergiversa libremente la realidad, generando discordia y enfrentándose a la tiranía de la ciencia y la razón.

Dignas son de elogio las magníficas actuaciones de ciertos líderes políticos, económicos y sociales, que se dedican a alimentar todos y cada uno de los pecados capitales, corrompiendo cuerpos, espíritus y sociedades. En cuanto por fin ostente mi trono, a ellos les será otorgado el rango de lacayo mayor para que, como guardianes del mal, se ocupen de mantener el caos y extiendan definitivamente la inmoralidad entre los habitantes de sus desolados territorios. 

Los más excelsos honores quedan reservados para los gobernantes de los países causantes de guerras, especialmente de aquellas que, además de máximas tasas de mortalidad, dejen a su paso hambrunas y enfermedades. Estos tendrán garantizado el más fastuoso de los infiernos en el mundo porvenir. 

Debo, así mismo, mostrar mi gratitud a la cohorte de políticos y servidores públicos que, por acción u omisión, cooperan para que sus sociedades caminen sin remedio hacia el desastre. Sin vosotros mi plan no hubiera podido llevarse a cabo.

No puedo ni quiero olvidarme de mis mal aventurados delincuentes y criminales, los cuales llevan realizando una encomiable labor desde que el mundo es mundo. ¿Qué puedo decir?... No cambiéis nunca.

En fin, no hay suficientes palabras para expresar el profundo orgullo y satisfacción que me causan los objetivos ya conseguidos. Sois los artífices de la transformación de este planeta en el lúgubre páramo que merezco. Por cierto, gran detalle el de seguir elevando a este ritmo la temperatura global, a mi llegada podré sentirme prácticamente como en casa. Seguid así. Juro por mi adversario que mi reino está muy próximo.

Besos negros y malditos seáis, 

D


A mi siniestra

En esta crónica revelaré quien de vosotros se sentará a mi izquierda, exponiendo los méritos y las razones por las que he considerado a tama...